Una crisis te impulsa a ser creativo, ingéniartela y cambiar tu forma de hacer las cosas.
Helen Sánchez es una joven de 21 años que estudia cuarto año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, en la UJMD. Es muy soñadora, y con metas muy claras. Siempre se esfuerza y da el todo por el todo para que sus proyectos, metas y sueños siempre salgan de la mejor manera posible.
En sexto grado recibió una sorpresa que ella nunca hubiese esperado. Una de sus maestras comentó que su escuela había sido seleccionada, por primera vez, para formar parte de un programa de becas que beneficiaría a algunos alumnos de la institución. Helen, no creía en la posibilidad de ser una de las beneficiarias de esta gran oportunidad, sin embargo, fue una de los tres estudiantes seleccionados por parte de las Academias Sabatinas Experimentales (ASEX) de la UJMD.
“Desde que inicié en las Academias Sabatinas me enamoré de la comunicación. Recibí clases con docentes que me inspiraron y comencé a proyectarme en ellos y en sus historias, fue una gran experiencia”
Una vez terminados los cuatro años dentro de la academia Helen quedó con el deseo de seguir aprendiendo más de las comunicaciones y estudiar en la UJMD, sin embargo “ir a la universidad era algo que veía fuera de mis posibilidades. En mi familia mi hermana fue la única que comenzó una carrera, pero por ciertos motivos no la logró terminar”.
“Mis papás no me podían pagar la universidad, ellos me lo dijeron siempre, y como ellos ya eran emprendedores, con la venta informal de los zapatos, mi mamá me decía en broma que me daría un par para yo venderlos”
Helen le comentó a un buen amigo, con quien mantuvo siempre comunicación, a pesar de estar a kilómetros de distancia, que estaba a punto de graduarse de la escuela (noviembre 2017), y que ella quería seguir estudiando en la UJMD, pero para ingresar tenía que pagar unos exámenes de nuevo ingreso. Hasta ese momento, Helen ya se había informado del programa de becas que las ASEX otorgaba a dos estudiantes. Una para estudiar comunicaciones, y otra para administración de empresas.
“El dinero que no tenía era para pagar los $60 dólares para el cursillo y los exámenes de la u, entonces mi amigo, que me escuchaba siempre, me dijo que me iba a mandar $100 y que yo viera en que los ocupaba. Y todo como que cayó del cielo, porque fue justo la semana en la que íbamos a comenzar el cursillo en la que me los mandó. Igual fui a hacer todo el trámite de la beca con ese dinero un día antes de que se cerrará la fecha para recibir los papeles”
“Me fui a sacar el DUI, NIT, fotografías y otras cosas que me pedían para la beca. Todo para poderlo entregar en menos de 24 horas. No sé cómo lo hice, pero justo media hora antes de que cerraran las oficinas llegué donde Evelyn, que recuerdo me dijo que sí había volado. Fue entonces que mi mami, quien me acompañó a hacer todas las vueltas, me dio más apoyo, porque vio que sí tenía las ganas”
Una vez Helen aprobó el cursillo y los exámenes para ingresar a la universidad tenía que afrontar un nuevo reto en enero del 2018: el pago de la matrícula, cuota y otros servicios de la carrera para poder iniciar la universidad. “Tenía que jugármela y ver de dónde sacaba todo ese dinero”.
“Mi papi siempre me dio apoyo, y me animó a estudiar en la universidad. Con esta historia siempre lloro, pero, recuerdo que hablé con mis papás sobre que tenía que pagar si quería seguir, fue entonces que mi papi me dijo que él me daría el dinero, de un poquito que había recibido tras un crédito, y que lo tenía desde noviembre para usarlo e invertir en su negocio, porque de eso vivíamos, pero no invirtió nada por esperar a enero y poderme pagar la matrícula y la cuota, imagínate”.
“Yo le dije no papi, úsalo para los zapatos, pero el me dijo que no, porque él confiaba en mí y que yo me iba a ganar esa beca”
Un día, en febrero, Helen iba ansiosa a la universidad para saber qué pasaría con su deseo de seguir estudiando y formarse como profesional. “Recuerdo que llegué donde Evelyn. Me miró y me dio una carta. Yo no sabía qué decía dentro. Solo la vi de nuevo y me dijo: ¡felicidades, te la ganaste! Yo no me la creía, porque de 18 personas que habíamos aplicado para la beca completa, solo a dos nos la darían. Cuando llegué a la casa me puse a llorar mientras les contaba a mis papás y a mi hermana, porque sería la primera, de toda mi familia, en graduarme de la universidad”
Helen, hasta la fecha continúa con su beca. Sigue estudiando comunicaciones y está a punto de comenzar su especialización en octavo ciclo de la carrera. La beca, sin lugar a dudas, le ha ayudado en muchísimas cosas, no solo en el estudio.
A mediados de 2020, ya estando en pandemia y en cuarentena, sus padres perdieron sus trabajos. Su mamá ya no podía salir a vender porque todo estaba cerrado, y su papá lo único que encontró para ayudar a su familia fue trabajar en un taller de zapatos escolares. Sin embargo, la beca le brinda a Helen, a finales de cada ciclo, una cantidad de dinero para viáticos y cosas extras de su estudio. Ella ocupó ese dinero para comprar materiales y hoy sí, echar a andar el negocio de zapatos de su padre.
Es así como en 2020, año de pandemia, nace Caoba, el emprendimiento de la familia de Helen, especializado en la producción de estilos personalizados de zapatos, elaborados por artesanos salvadoreños.
Con su emprendimiento ha logrado poner en práctica muchas cosas aprendidas a lo largo de la carrera, al igual que ayuda a sus padres al ser el principal ingreso para la familia. Caoba ya estuvo en “El Mercadito” de San Salvador y también en “Surf city”. Próximamente, comentó Helen, estará en otros lugares más cerca del público salvadoreño.
“La verdad es que la ASEX me cambió la vida, literal. Yo antes de formar parte de las academias aspiraba a algo diferente, como mi familia, porque en ese contexto había sido creada: bachillerato, trabajar en una maquila… pero ellos, en la ASEX, me cambiaron la vida porque me hicieron ver que podía aspirar a ser un profesional”.
“No todo en la vida es dinero, hay que buscar oportunidades para salir adelante. Hoy me siento feliz y agradecida porque sé que les doy una esperanza a mis primos más pequeños de poder superar y construir su propio camino”.
“No lo pienses ni dos veces, atrévete a hacerlo por la anécdota y la experiencia. Arriésgate y mira que pasa, algo vas a aprender de eso”