Fotografía de arquitectura: Por qué invertir en imágenes bien hechas
Vivimos en la sociedad de la información visual, por eso contar con imágenes de calidad de un proyecto marca una gran diferencia.
Hoy en día todo el mundo hace fotos. Y lo que es más importante, todo el mundo las comparte. La fotografía está en todas partes y lo inunda todo. También, obviamente, el mundo de la arquitectura y el interiorismo. Los profesionales de ambos ámbitos deben plantearse cómo sobresalir en semejante océano de ruido visual.
La respuesta a cómo sobresalir es seguramente compleja y depende de varios factores, pero sin duda uno de ellos es contar con fotografías de calidad hechas por un profesional. En los medios digitales más menudo de lo deseado se muestran proyectos con imágenes torcidas, deformadas o con composiciones descuidadas. En general, la mayoría presentan un compendio de fallos tanto técnicos como estéticos o de planificación.
A un fotógrafo profesional le cuesta entender que con el esfuerzo, mimo y detalle que ponen los profesionales de la arquitectura o la construcción en realizar sus obras, después presenten esos trabajos con fotos hechas de cualquier manera y casi por cualquiera. Es algo así como entregar un escrito con manchas y faltas de ortografía. Al menos en este contexto, el artista y teórico Moholy-Nagy dio en el clavo cuando sentenciaba que “el analfabeto del futuro no será el que no sepa escribir, sino el desconocedor de la fotografía”.
Por su parte, el gran fotógrafo de arquitectura Julius Shulman se permitía llegar a decir: “Vendo arquitectura mejor y más directa y vívidamente que los arquitectos… El arquitecto medio es estúpido. No sabe cómo vender. No sabe cómo expresar su propia imagen. No sabe cómo crear un diseño de su imagen… y yo lo hago”.
Ciertamente es una frase un poco exagerada (siempre le gustó polemizar) pero hace referencia a una gran verdad. Los profesionales de la arquitectura y la decoración es bueno que entiendan las fotos no sólo como documentos de las obras realizadas sino también como parte de su imagen de marca. Además, si la competencia es feroz, ofrecer una imagen de calidad puede llegar a suponer una gran diferencia con respecto a la competencia.
Es aquí donde el fotógrafo se convierte en un importante aliado para los intereses profesionales de arquitectos y decoradores. Contar con un buen reportaje de fotos garantiza el material gráfico necesario para la página web de la empresa, para presentarse a concursos, dar conferencias o que se publique un proyecto en prensa.
Si además conseguimos encontrar a un fotógrafo de confianza, no sólo dispondremos de un documento gráfico sino que en el mejor de los casos él también aportará su interpretación a la hora de enfocar el reportaje, enriqueciendo así la relación fotógrafo-arquitecto. Es posible incluso que éste ayude posteriormente en la difusión de ese proyecto gracias a sus contactos en medios digitales e impresos del sector de la arquitectura y la decoración.
Por último, no hay que olvidar que la relación entre arquitectura y fotografía es tan larga como la propia historia de la fotografía. En sus inicios, cuando los tiempos de exposición eran enormemente grandes, los sujetos fotográficos ideales eran edificios y vistas urbanas. Después, la relación continuó con enorme éxito con las primeras revistas ilustradas que publicaron imágenes de lugares lejanos y exóticos, que hasta el momento solo se habían visto en dibujos o descripciones literarias. Esta misma curiosidad ante lo que no podemos visitar es también de algún modo lo que viene satisfacer una plataforma de interiorismo como Houzz.
Fuente: https://www.houzz.es/magazine/fotografia-de-arquitectura-por-que-invertir-en-imagenes-bien-hechas-stsetivw-vs~49798845?fbclid=IwAR00-uVze8eveV7r-Vf9cOrLva-tDl-6CRiFxezL50dmYOQiDduovVJ3XMM
Etiqueta:Arquitectura, Fotografía