El COVID-19: Una propuesta de abordaje de Enfoque Sistémico Territorial para El Salvador y Centroamérica
Este día compartimos un artículo incluidos en el Boletín especial, parte de las reflexiones que el equipo de investigadores del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades CICH ha elaborado ante la coyuntura que nos presenta la Pandemia del COVID-19.
Jaime Eduardo Escobar Salmerón, Arq. con Posgrado en Gestión Ambiental y Territorial
“La naturaleza es sabia y se auto depura…Semanas después de la cuarentena en China vimos fotos satelitales donde las nubes oscuras sobre las ciudades industriales se habían transparentado y, como todo está interrelacionado, al reducirse los gases con efecto invernadero repercutirá positivamente en el cambio climático. Hoy las nubes de polución sobre todas las ciudades como Nueva York, París, Madrid y aquí también, están transparentes… Así es que se relaciona el COVID-19 con la ecología…” Pedro Roque, “Las Leyes de la Ecología y el COVID-19”, Opinión y Editoriales, El Diario de Hoy, p.20, domingo, 19 de abril de 2020, elsalvador.com.
Paralelamente al COVID-19 estamos viendo como las emisiones de gases invernadero se han reducido considerablemente en estos meses de confinamiento, el Coronavirus ha obligado a cerrar países, ha colapsado la economía mundial, pero la contaminación ha bajado considerablemente, haciendo que la calidad del aire que respiramos sea mejor. Esta situación ha volcado a utilizar técnicas de teletrabajo, lo que ha permitido que las familias pasen más tiempo juntos a la vez que se labora, convirtiéndose en algunos casos en una forma de restablecer vínculos familiares. El Coronavirus ha obligado a cerrar centros educativos y volvernos más solidarios, forzado a buscar soluciones alternativas familiares para resolver los problemas que se presentan en el día a día.
Se nos ha recordado constantemente a mantener buenos hábitos de limpieza personal, costumbres sanas y equilibradas de alimentación (frutas y verduras para reforzar nuestro sistema inmunológico), así como hacer yoga y otros ejercicios físicos que equilibren nuestra mente y cuerpo. A manifestar mayor conciencia social que han ocasionado situaciones solidarias que demuestran que el ser humano es bueno y empático en una dimensión en la que las relaciones interpersonales, la comunicación, la socialización, se realizan en un espacio virtual de redes sociales (no el espacio físico-espacial característico), dándonos la falsa ilusión de cercanía,… Promulgando que nadie nos toque, ni se besen o se abracen,… Todo se debe hacer a distancia, en la frialdad de la ausencia de contacto… Lo que en otras palabras llamamos “confinamiento”.
Nada menos, hoy domingo 19 de abril amanecimos todos los salvadoreños con la noticia que el Gobierno había cerrado la ciudad del Puerto de La Libertad…“Privando de Libertad” a sus habitantes, ¡sin tener un asidero epidemiológico y legal que lo sustente!, con enfoque más bien sancionatorio que de derecho. (El Diario de Hoy, domingo 19 de abril de 2020, con el tema de portada: “La Libertad Cercada por el Gobierno”, p. 2-7, El Salvador).
Por tales condiciones, la propuesta que a continuación presentamos se apoya en el Enfoque de Sistemas (Bertalanfly Von, 1976)1, conocida mundialmente por arquitectos, urbanistas, planificadores e ingenieros, y que tiene el fin de abordar problemáticas de alta complejidad a través de una forma de pensamiento basado en la “totalidad”, donde el objetivo principal es reconocer el territorio y el desarrollo local como categorías centrales y no en si solo el abordaje de la crisis como tal, como una condición de peligro extremo, pero no única en abordaje, independientemente de lo que esta contenga en riesgos, amenazas potenciales, vulnerabilidad en salud, manejo, rehabilitación, ordenamiento, planificación, etc., tal es el caso de la condición que nos atañe en este momento en relación a la emergencia ante el COVID-19, aspectos tales como el confinamiento social, psicológico, de salud e infraestructura hospitalaria.
Así, por ejemplo, el Gobierno de El Salvador, ante la crisis del COVID-19, paraliza proyectos y programas de inversión pública para orientar fondos a la emergencia, suspendiendo proyectos de inversión pública y congelando inventarios hasta 2021, sin consulta a los actores correspondientes, aun conociendo el impacto en desempleo e inversión que estas medidas pueden generar en más de 200,000 empleos del sector de la construcción, la afectación de 595 proyectos de infraestructura entre públicos y privados, tanto por la suspensión de las obras por la cuarentena nacional, según datos divulgados en periódicos de mayor circulación y redes sociales, por la Cámara Salvadoreña de La Construcción (CASALCO). Esta misma actuación sigue en sintonía con la gran mayoría de otros sectores productivos del País, llámese micro, pequeña, mediana y gran empresa, e inclusive sectores de comercio informal. (El Diario de Hoy, sábado 18 de abril de 2020, Tema de Portada: “En Riesgo 200,000 empleos en sector de la Construcción”, p. 2 a la 4, El Salvador).
El enfoque sistémico territorial busca ante este panorama de emergencia internacional, orientar una dinámica propia del desarrollo local, nacional y regional desde el concepto que todos los actores sociales son importantes en un territorio, independiente de las condiciones extremas que puedan estar ocurriendo a nivel mundial, llámense estos: cambio climático, escasez de agua, catástrofe nuclear, propagación de un virus mortal, o cualquier tipo de hecatombe continental.
Se busca principalmente orientar los procesos de planificación desde la participación activade un Sistema de Actores, sean estos locales e internacionales, como expresión concreta de una discusión consensada entre todos los participantes de nuestras sociedades en un programa de pacto social integral requerido para impulsar el desarrollo de nuestro país y la región desde abajo y desde toda la trama socio institucional, de salud y seguridad que representa el Estado (aquí no nos referimos a un “Gobierno” específico como tal).
Además, el enfoque sistémico toca fibras sensibles en países de extrema pobreza como el nuestro y de la región, que a su vez, no están organizados y que consideran que, ante la crisis de un virus de alta propagación, podemos resolverla solamente desde un punto de vista de aislamiento o requerimientos al sistema de salud (financiamientos, infraestructura, etc.); no así enfocado como un sistema de interacciones que atañen estructuras diversas y especializadas de gran complejidad y que debemos resolver como un todo integrado, a través de las cuales todos sin excepción nos interrelacionamos.
Es en este sentido que cualquier iniciativa ante una crisis de esta magnitud, supone para el Estado y su población, superar la visión de respuesta al problema sólo desde una perspectiva sanitaria, la cual consideramos un componente importante y necesario (con medidas de aislamiento social) entre muchos otros más…
Implica, analizar y entender la multiplicidad de componentes que forman la trama de vida de un país, como lo son el económicoproductivo, social, político, cultural, físico espacial y todos aquellos capitales fundamentales que forman parte también de este complejo Entorno Societal que a la larga y si no se atienden paralelamente ante la crisis pueden incurrir en problemas sociales que causen el colapso del Estado y del país entero, en todas sus instituciones democráticas, agudizadas por las condiciones generalizadas de extrema pobreza que pueden incrementarse aún más por una inadecuada administración pública de la emergencia.
La propuesta implica un enfoque más integral, dirigido al ejercicio directo de diversosy complejos componentes institucionales, tales como: el económico-productividad a través de la empresa privada e industrias, el ecológico-biofísico, la infraestructura física espacial necesaria para el tratamiento de la pandemia, o el análisis social profundo y consensado de las características y necesidades propias de los diferentes grupos sociales (participación ciudadana y municipio), sus formas de relación o capacidades de gestión del territorio con sus necesidades reales y no sólo determinadas por la discrecionalidad de un grupo Estatal; direccionando recursos de éste ante la crisis en variados elementos de vida del país y no sólo desde una perspectiva enmarcada solamente a la salud o al confinamiento, sino más bien fundamentada en una visión que represente la totalidad de las necesidades del país ante la crisis.
A partir de este concepto se puede ordenar una crisis de la magnitud que ésta sea, definiendo en inicio cuatro principios básicos:
• La participación.
• La flexibilidad.
• La integralidad.
• Y la funcionalidad.
Cuatro principios necesarios para presentar propuestas ante la crisis; siendo que, por ejemplo, la participación supone la incorporación de los principales actores del territorio afectado en los diferentes momentos del proceso de planificación y ordenamiento de la crisis emergente; es decir un estudio inmediato de ésta desde el diagnóstico, hasta la formulación de la propuesta y su correspondiente implementación.
En otras palabras, unir el aporte técnico de especialistas en planificación con el aporte de la población en todas sus áreas importantes para el sustento del Estado y sus residentes, los gobiernos locales quienes, a partir de su propia vivencia de la problemática, decidan crear una herramienta ágil en su municipio que les permita intervenir en la regulación y la gestión de los apoyos a la emergencia.
Todo ello supone no una visión de corto plazo, sino más bien de mediano y largo plazo, prever los constantes cambios que experimenta el ciclo de la emergencia (un mes, dos meses, un año o más, etc.), en este sentido no es una herramienta estática, sino más bien dinámica, pero a su vez flexible y adaptable a los diferentes momentos de la crisis.
La Flexibilidad, debe entenderse como una capacidad de adaptación de ciertos márgenes previamente establecidos por la sociedad en conjunto (no la de un Gobierno de turno) y no como una capacidad arbitraria; por lo que la intensión no debe ser prever la contingencia, sino más bien en Saber Cómo Actuar en Caso de una Contingencia.