Conferencia de José Ugaz, Ex Fiscal Caso Fujimori-Montesinos, Perú. “Plataforma de Diálogo Anticorrupción”
No cabe duda que una de las tendencias a nivel global es que la corrupción se ha convertido en uno de los fundamentales problemas de la humanidad. Probablemente después de las guerras, la corrupción hoy día en las encuestas que se hacen en los distintos países del mundo aparece como el primer problema.
1ª. ENTREGA.
A continuación, se publicará el caso Fujimori-Montesinos, de Perú, por medio de dos entregas, en las que se da a conocer que la corrupción es una plaga que siempre está al acecho en todas partes.
Hace década y media el problema número uno era la pobreza y la falta de trabajo. Cinco, seis años después la seguridad ciudadana se convirtió en el problema principal, y hace dos años las encuestas arrojan que el problema número uno del Perú y otros países es la corrupción. Y ese fenómeno se repite en la mayoría de nuestros países, si es que hablamos de la región de América Latina, pero en general, en el mundo, la situación es muy parecida.
Transparencia Internacional, que es la coalición global más importante en materia de lucha contra la corrupción y promoción de la transparencia e integridad, hace más de una década y media viene midiendo la percepción de corrupción en el mundo. Hace una lista de los países en los que se establece un puntaje de cero a 100, donde cero es totalmente corrupto y 100 es el ideal de un país sin corrupción, la utopía que obviamente no existe. Eso permite tener una visión universal de cómo está el problema de la corrupción.
Hace dos o tres años decidimos pintar el mapa mundial de color en función a los resultados del índice de percepción de corrupción. Y entonces se pintó en rojo intenso los países con mucha corrupción, y se iba bajando hasta un naranja los países con mediana corrupción y un amarillo bastante claro países que tienen pocos niveles de corrupción.
Y el resultado fue este. El mundo está teñido de rojo y naranja intenso, lo que quiere decir que por lo menos dos terceras partes de la humanidad padecemos de severos problemas de corrupción. Vean ustedes que las regiones que aparecen en amarillo son muy escasas y que América Latina en rojo es el predominante, salvo tres manchitas amarillas que son Chile, Uruguay y Costa Rica.
Si enfocamos la región de América veremos que el promedio sobre un puntaje de 100 es 44. Y si sacamos de esa foto a Estados Unidos, Canadá Uruguay, Chile, Costa Rica, nos caemos a un nivel por debajo del 30.
El Salvador está calificado con un puntaje de 36 en el año 2016, y en la última encuesta del 2017 ha caído tres puntos, que si mal no recuerdo está con 33 sobre 100. Es decir, una nota altamente deficitaria. Y esto da cuenta entonces un problema severo que tenemos que enfrentar. La encuesta que nos acaban de presentar creo que revela en toda su magnitud el nivel de desconfianza de la ciudadanía en sus autoridades.
La corrupción genera dos tipos de problemas, problemas materiales que incrementan la pobreza, aumenta la desigualdad, genera problemas de gobernabilidad. Ha caído el presidente del gobierno español Rajoy por un caso de corrupción. El presidente de Perú ha sido denunciado por un caso de corrupción. Y tenemos en América Latina más de 12 ex presidentes prófugos, presos, o investigados solamente por el caso Lava Jato. Esto agranda la dimensión de la gravedad del problema y, sin duda, en nuestra región América Central Sudamérica es un problema de gran preocupación.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de corrupción?
La definición que van a encontrar ustedes si entran rápidamente Wikipedia o cualquier planta básica en internet, es que la corrupción es el abuso del poder conferido para la obtención de un beneficio personal. Es una fórmula breve que acuñó hace muchos años, 25 años, Transparencia Internacional, pero que sin duda alguna no refleja la complejidad del problema.
Estamos hablando efectivamente de un abuso de poder ya sea burocrático o político, en el que se coluden grupos de funcionarios públicos con intereses privados. Para bailar tango se necesitan dos, dicen en los Estados Unidos, y esto genera una cantidad de ganancias ilícitas que benefician a quiénes son parte de esta trama colusoria.
Las consecuencias de esto son apropiación de fondos públicos, que en sí tienen consecuencias materiales. Pero, también hay un conjunto de consecuencias inmateriales que muchas veces son más graves que las económicas y qué tiene que ver, primero, con la pérdida de la confianza. Hemos visto el altísimo porcentaje de ciudadanos salvadoreños que dice no creer en sus autoridades. La pérdida de confianza de los ciudadanos no es solamente hacia las autoridades, sino entre ciudadanos y ciudadanas, y también la debilidad institucional que hace que tengamos estructura de Estado que no está en la posibilidad de responder a los problemas que genera la corrupción.
Pero en los últimos tiempos, basta abrir un periódico, conectarse en redes sociales, Internet encender la televisión o la radio, y todos los días vamos a escuchar o leer de algún escándalo de corrupción.
Se ha dictado recientemente también una orden de captura para el ex presidente de Ecuador, quién está acusado de haber obtenido sobornos y dineros ilegales en conjunto de la trama de Lava Jato.
Y en días pasados, está el gobierno de Brasil. En este país se genera toda una turbulencia por la posible liberación del ex presidente Lula, quien está preso, acusado también de haber recibido una serie de prebendas de la corrupción.
Estamos hablando de un problema de grandes dimensiones. Ya no es la corrupción cotidiana que existe, que es un problema sin duda alguna, como la pequeña corrupción, la de pagarle al policía algunos centavos para que no nos pongan una multa, o la de pagarle al burócrata para que nos dé una licencia para poder construir o poner un negocio, sino de una corrupción que hoy denominamos Gran Corrupción.
La Gran Corrupción y sus características
Y cuando hablamos de Gran Corrupción nos estamos refiriendo a este fenómeno global, pero que tiene consecuencias muy severas en las comunidades particulares en los países, como es el caso de El Salvador o el Perú y el resto de América Latina.
Y esta Gran Corrupción se caracteriza fundamentalmente por tres elementos.
Primero, que es un crimen de poder.
La Gran Corrupción es cometida por autores que tienen poder político o poder económico, y puede haber, entonces, corrupción pública o corrupción privada. El caso de corrupción privada recientemente el de la FIFA, donde decenas de millones de dólares han sido pagados como sobornos para obtener los derechos de televisión, la cede de los mundiales.
Segundo, la corrupción pública es la que tiene que ver con la política y las instituciones del Estado.
Presidentes que roban, que reciben sobornos, que aceptan financiamientos ilegales para su campaña, entre otros. Es entonces un fenómeno de poder, la Gran Corrupción, y se caracteriza precisamente porque moviliza ingentes cantidades de dinero, de recursos.
Los ejemplos más notorios de los últimos tiempos son:
- En El Salvador hay un presidente prófugo y otro preso. No sabemos hasta que hay una decisión judicial si hay culpabilidad o no. Pero, si camina como pato, huele como pato, dice “cuack” y es amarillo parece que es un pato.
- En el caso peruano los últimos 5 presidentes están investigados, prófugos o presos por corrupción. El presidente Toledo, hoy se sabe, cobró 20 millones de dólares para asegurarle un contrato a la empresa Odebrecht.
- Más cerca de nosotros. Martinelli en Panamá se habla de hasta $800-$1000-$1200 millones. Aún se están haciendo las cuentas de millones de dólares robados. Lo que está probado es que él y su circo han recibido $12 millones del caso Lava Jato.
- Yanukovich el ex presidente de Ucrania. 12,500 millones de dólares se llevó y ahora está escondido y protegido por Putin en Rusia. No sabemos cuánto es el saqueo de Putin y su argolla en Rusia, pero se sabe que es de algunos miles de millones de dólares.
- Mubarak en Egipto. Se habla de hasta 50,000 millones de dólares robados durante el tiempo que estuvo en el poder.
- Rajib en Malasia, lo acabo de mencionar, son 4,500 millones de dólares.
Y entonces, está ocurriendo este fenómeno en el que las cantidades de recursos que distrae la corrupción son inmensas. Y eso tiene como consecuencia el tercer elemento.
Tercero, la Gran Corrupción y el impacto en la vida de los ciudadanos, viola los Derechos Humanos.
La Gran Corrupción mata, enferma, impide educación e impide el acceso al agua potable, hasta que los hospitales no funciones, o peor aún, genera situaciones de muerte. Hace poco ha habido en Guatemala y en Honduras un escándalo con una empresa que soborno para obtener los contratos de hemodiálisis en esos países. Empresas que evidentemente no tenían la capacidad para brindar ese servicio, y fueron decenas de personas las que murieron por un acto muy concreto de corrupción. Entonces las consecuencias de la corrupción son consecuencias muy severas y la cantidad de recursos que distrae son inmensos.
Se calcula que para radicar la extrema pobreza en el mundo se necesitan 65 billones, 65 mil millones de dólares. Sin embargo, solamente los flujos ilícitos de corrupción del crimen organizado que salen de los países subdesarrollados, es decir de esos países como el suyo y el mío, es un trillón de dólares al año. Y he puesto ese número en letras porque no sé cómo se ponen en números un trillón, pero a todos nos suena que es mucho dinero.
Si usáramos una parte de ese trillón de dólares podríamos resolver el problema de la pobreza extrema, de la salud universal que requiere 80 billones, del acceso al agua y sanidad que resolveríamos con 27 mil millones, educación primaria universal a nivel mundial 42 mil millones de dólares. Entonces es evidente que la corrupción y la Gran Corrupción en particular se han convertido en un factor fundamental de violación de los derechos humanos. Y esto es algo que no podemos perder perspectiva, porque no se trata ni de hablar en abstracto.
Cada dólar que se roban de uno de nuestros países tiene un impacto en la vida de un ser humano con nombre y apellido. Quienes pagan esta factura son los más pobres y los sectores más vulnerables de nuestros países.
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