CICH Leer literatura: potenciales y propuestas ante la pandemia de COVID-19
Este ensayo escrito por el Lic. Mario Zetino, busca hacer propuestas para utilizar la lectura de literatura para afrontar la crisis por la pandemia de COVID-19. Se exponen motivos para leer, tanto en general como en tiempo de crisis, y los beneficios psicológicos y socioemocionales de la lectura por placer.
Mario Zetino, Lic. en Letras, Investigador del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades (CICH
Luego, se dan recomendaciones para leer, en dos grandes dimensiones: la personal y la educativa. Ambos grupos de recomendaciones pueden ser utilizadas tanto en tiempo de cuarentena o lockdown como en el futuro inmediato, en el periodo de normalidad progresiva. De forma amplia, la lectura frecuente de literatura ayuda a la conservación del bienestar psicológico y promueve y desarrolla una serie de capacidades esenciales para nuestro bienestar individual, la convivencia y la resolución creativa y efectiva de retos. En la dimensión educativa, se plantea la necesidad de una contextualización de la enseñanza de la literatura durante la crisis, para enseñar a leer literatura como una forma constructiva de recreación y una forma de autocuido y para desarrollar capacidades socioemocionales a través de ella. Además se recomienda integrar la lectura con la escritura para potenciar los aprendizajes de aquella y empoderar a los estudiantes.
Queda pendiente la tarea de monitorear y documentar las dificultades y buenas prácticasde la enseñanza aprendizaje de la literatura durante la cuarentena y el regreso ala normalidad, tanto en el sector público como en el privado.
Palabras clave: literatura, COVID-19, lectura por placer, autocuido, educación
Más que nunca, […] podemos usar el poder de la lectura para combatir el aislamiento, estrechar los vínculos entre las personas, expandir nuestros horizontes, a la vez que estimulamos nuestras mentes y nuestra creatividad.
UNESCO, en el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor del 2020
Ante la pandemia de COVID-19, la literatura, la ficción, tiene mucho qué decirnos, puede aportarnos mucho como individuos y como sociedad. En este ensayo expongo los motivos para leer, tanto en general como en tiempo de crisis, y los beneficios psicológicos y socioemocionales de la lectura de literatura, para luego hacer propuestas sobre su utilización en la educación durante el futuro inmediato en el contexto de la crisis por la pandemia.
1. Por qué leer literatura durante la pandemia
Existen diversos motivos para leer literatura, dependiendo de las circunstancias. Yo hablaría de dos grandes motivos: el disfrute y el autocuido. Así, leemos por placer o disfrute cuando estamos buscando que nos cuenten una buena historia —lo cual nos es inherente como especie— o leer un texto que nos dé curiosidad, que nos atraiga con fuerza, que nos emocione. Y leemos para cuidar de nosotros mismos cuando en la lectura buscamos calma; consuelo (palabras de aliento; leer historias sobre cosas que nos han sucedido o nos están sucediendo; sentir que no estamos solos, que otros han vivido lo mismo que nosotros y nos comprenden);introspección, es decir mirar hacia adentro, pensar, reflexionar, estar a solas con nosotros mismos, dedicarnos un tiempo a nosotros.
Sea cual sea nuestro caso en un momento dado, nos acercamos a los libros buscando bienestar. A pesar de las dificultades reales por las que atraviesa el mundo, es importante recordar que debemos procurar mantener y recuperar nuestro bienestar con frecuencia, de hecho: a diario, tanto por nosotros mismos como por quienes nos rodean.
Nuestro bienestar incluye el bienestar psicológico, emocional, y una forma sencilla y profunda de mantenerlo es la lectura. Por eso es importante buscar, hacer y conservar el tiempo para leer; no soltarlo ahogados por las preocupaciones y el exceso de noticias e información. De hecho, leer nos permite afrontar y sobreponernos mejor a las dificultades (es decir tener resiliencia) y tomar perspectiva para saber consumir e interpretar noticias e información (desarrollar y poner en práctica el pensamiento crítico y la capacidad de autorregulación). Además, la lectura de literatura tiene diversos efectos socioemocionales, tales como el desarrollo de la empatía (Rowe, 2018; Mak&Fancourt, 2020), bajos niveles de hiperactividad o falta de atención, mayor conducta prosocial y bajos niveles de problemas emocionales (Mak&Fancourt, 2020).
2. Y la gente leyó libros
Como una respuesta personal a la pandemia, la profesora estadounidense Catherine (Kitty) O’Meara escribió el poema en prosa «In the time of pandemic», más conocido como «And the people stayed home»,que trata sobre lo que las personas encontraron oportunidad de hacer y de conocer al quedarse en casa guardando una cuarentena que prácticamente ha sido mundial. Cito las frases iniciales más una de más adelante:
And the people stayed home. And read books, and listened […]and learned new ways of being…1. (En The Oprah Magazine, 19 de marzode 2020) Diversas voces de todo el mundo, como por ejemplo los filósofos Markus Gabriel (2020) y SlavojŽižek2, han señalado la necesidad y la oportunidad de transformar radicalmente nuestra conciencia y nuestro modo de vivir a partir de varios efectos de la crisis por COVID-19: tener que detener la vida habitual como la conocíamos hasta antes de la pandemia (el ritmo de vida, los patrones de producción y consumo, etc.); el aislamiento obligado; la revisión de los valores y la reflexión que se hace posible en el aislamiento, así como también la constatación de la mejora de la calidad del aire y la contemplación de diversas especies animales en las ciudades. O’Meara, a través de la intuición y la expresión poética, se une a estas voces, y es muy significativo que la segunda oración del poema hable de leer, y específicamente de leer libros: de volver a tomar contacto con la lectura tradicional, algo que las tendencias comerciales e incluso educativas han llegado a convertir en algo raro.
[…] la lectura con fines recreativos compite por la atención y exiguo tiempo de [los] habitantes [de las ciudades], a quienes se les presentan alternativas de entretenimiento casero engañosamente más sencillas, como la televisión, los videojuegos y, cada vez más, los contenidos heterogéneos, y a menudo fragmentarios, de internet. (Castro & Altamirano, 2018, p. 173)
La lectura de libros impresos nos pone en contacto con lo específicamente humano: nuestra postura al leer un libro impreso, distinta a leer uno digital; la experiencia sensorial del libro como objeto: el olor de las páginas, la tipografía, los espacios, el tamaño del libro y el modo de sostenerlo; la atención al acto de pasar las páginas; y, esto es muy importante: nuestra relación afectiva con cada libro. Tenemos vínculos afectivos con los libros, cosa que hasta ahora parece no suceder con frecuencia con los dispositivos electrónicos. Los libros están relacionados a momentos o etapas de nuestra vida: quién nos lo regaló o cuando o por qué lo compramos; si lo compramos usado y en qué lugar; si lo compramos en un viaje; si lo hemos leído completo antes (cómo fue esa ocasión) o si lo habíamos dejado interrumpido, o si lo estamos leyendo por primera vez luego de años de tenerlo. Con los libros, como objetos tradicionales y artísticos de la humanidad, construimos una relación, tenemos historias con ellos.
Además, la lectura de libros impresos nos hace posible una experiencia continua, y esto a su vez posibilita la profundidad. Owe Wikström, en su célebre ensayo El elogio de la lentitud, lo plantea de esta forma:
Puede ser que el interés creciente por la lectura y la escritura sea un síntoma de la necesidad poco valorada de alejarnos de lo que nos rodea y tomar un aliento existencial. La lectura exige concentración y a la vez da calma, y leer nos abre la posibilidad de visitar mundos ficticios en los que no nos acosa ningún correo electrónico [ni] ningún teléfono celular. Leer algo en voz alta, para nosotros mismos o para otro, nos ayuda a encontrar coherencia y sentido […] (Wikström, 2001, p. 4)
Continuando con el poema de O’Meara, vemos que luego la autora relaciona la lectura con una capacidad: con aprender de nuevo —o tal vez por primera vez— a escuchar:
And the people stayed home. And read books, and listened […]. Estas, más otras acciones mencionadas en el poema, conducen a aprender nuevos modos de ser. Es así como un poema, fruto de la intuición artística, de la expresión de la conciencia humana, responde a la crisis por la pandemia dándole un lugar central a la lectura.
Con este marco poético, que relaciona, como ya vimos, leer, escuchar y aprender nuevos modos de ser, yo hablaría de dos ámbitos o dimensiones en los que leer literatura tiene mucho que ofrecernos en esta situación: la dimensión personal y la educativa.
1 «Y la gente se quedó en casa./ Y leyó libros, y escuchó […]/ Y aprendió nuevos modos de ser…». (Traducción propia)
2 El filósofo esloveno lanzará este mayo en la Editorial Anagrama su libro: Pandemia: La covid-19 estremece al mundo.