Cáncer de mama y la intervención Psicológica
Estudiantes de Psicología dentro de prácticas profesionales en el área clínica, como parte de su formación académica investigaron sobre la concientización del cáncer de mama y la importancia de la intervención psicológica.
Cáncer de mama
Redactado por: Br. Pamela Stephanie Castellón Castillo Estudiante de 5° de Práctica Profesional en el Área Clínica.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer de mama es la segunda causa de muerte de mujeres en la región de las Américas y es la cuarta causa de muerte en la mujer salvadoreña. Las estadísticas del Ministerio de Salud de El Salvador (2018) de enero a septiembre de 2018, el sistema de salud registró 1,342 consultas por primera vez por cáncer de mama, 961 egresos hospitalarios y 122 defunciones a escala nacional. Al ser un problema creciente, se ha indagado respecto a su diagnóstico, problemas psicosociales e intervenciones psicológicas.
Según la Organización del Cáncer de Mama (2018), el término cáncer de seno se refiere a un tumor maligno que se ha desarrollado a partir de células en la mama. Por lo general, el cáncer de seno comienza en las células de los lobulillos, que son las glándulas productoras de leche, o los conductos que drenan la leche desde los lobulillos hasta el pezón. Con menos frecuencia, el cáncer de seno puede comenzar en los tejidos del estroma, que incluyen los tejidos conectivos grasos y fibrosos del seno.
Con el tiempo, las células cancerosas pueden invadir el tejido mamario sano cercano y llegar a los ganglios linfáticos de las axilas, pequeños órganos que filtran sustancias extrañas en el cuerpo. Si las células cancerosas ingresan a los ganglios linfáticos, entonces tienen una vía hacia otras partes del cuerpo.
La etapa del cáncer de seno se refiere a qué tan lejos se han propagado las células cancerosas más allá del tumor original. El cáncer de mama siempre es causado por una anomalía genética (un “error” en el material genético). Sin embargo, solo el 5- 10% de los cánceres se deben a una anormalidad heredada de su madre o padre. En cambio, el 85-90% de los cánceres de seno se deben a anormalidades genéticas que ocurren como resultado del proceso de envejecimiento y el “desgaste” de la vida en general.
Factores de riesgo.
Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (2018), algunos factores pueden aumentar su riesgo. Los principales factores que influyen en el riesgo de una persona incluyen ser mujer y hacerse mayor. Otros factores de riesgo incluyen:
- Cambios heredados en ciertos genes (BRCA1 o BRCA2).
- Tener la menstruación antes de los 12 años de edad.
- No haber dado a luz o tener el primer hijo a una edad más tardía.
- Comenzar la menopausia a los 55 años de edad.
- Tomar hormonas durante más de cinco años para reemplazar el estrógeno y la progesterona.
- Tomar anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas).
- Antecedentes personales de cáncer de mama, mamas densas y otros problemas de salud.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama (padre, hermano o hijo).
- Recibir radioterapia en la mama o el pecho.
- Tener sobrepeso, en especial después de la menopausia.
Recibir el diagnóstico. Las respuestas, al recibir el diagnóstico del cáncer de mama, varían dependiendo del paciente, pero la mayoría experimenta miedo e incredulidad. Antes de ser diagnosticados con cáncer, la mayoría no se percibe a sí mismos con un riesgo más alto de lo normal de la enfermedad, en parte, porque alrededor del 75 al 80 por ciento de los casos no hay antecedentes familiares de cáncer de seno (Herdman, Hewitt, y Holland, 2004).
Ningún paciente está preparado para este evento, para este diagnóstico, sin embargo, una vez realizado, se enfrentan a una serie de consultores médicos y la necesidad de tomar decisiones cruciales respecto a su tratamiento (Herdman, Hewitt, y Holland, 2004).
Los primeros días y semanas después de una biopsia usualmente implican una evaluación adicional para determinar el estadio de la enfermedad y el pronóstico, en gran medida en función de las características del tumor (por ejemplo, tamaño, histología, estado del receptor hormonal, afectación ganglionar).
Los resultados de estos factores predictivos y pronósticos realizados en el tumor primario pueden ser difíciles de interpretar para los médicos y con frecuencia también confunden a los pacientes. Las decisiones sobre el tipo de cirugía (mastectomía, mastectomía con reconstrucción, tumorectomía), terapia adyuvante posterior (estándar versus investigación) y radioterapia, e incluso dónde realizar los tratamientos (qué hospital y qué especialistas) puede ser un desafío abrumador y cansado para las pacientes. Durante esta fase, una de las preocupaciones principales para tanto la paciente y sus redes de apoyo, siendo su cónyuge, familia y amigos; es la sobrecarga de información.
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