ECC: “La vida no es una dicotomía”
Eduardo Salazar es un comunicador salvadoreño. Actualmente trabaja como gestor de campañas publicitarias de compra programática en AKQA, una agencia digital internacional con presencia en El Salvador. Es graduado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Dr. José Matías Delgado.
¿Qué es lo que tiene más valor de su situación actual?
Mi libertad de pensamiento. Soy libre en mi cabeza. Ahí puedo dejar la diplomacia por un rato y realmente ser.
¿Qué consejo se daría?
Decí lo que pensás, tal cual lo pensás. Sin adornos. Soltalo.
¿Cuál ha sido su mayor atrevimiento en la vida?
Tener el anhelo de ser escritor. Empecé a escribir cuentos hace más de 10 años, pero todos se quedan conmigo. Tuve el atrevimiento de escribir. Pienso que la ingenuidad de la juventud me permitió hacerlo. Quisiera recuperarla.
¿Qué talento desearía tener?
Quisiera poder ver a la vida como la escritora Alice Munro o como la cantautora Joni Mitchell. Ambas son mujeres canadienses que admiro y envidio. Tienen el talento de diseccionar la vida humana con sus textos. Sos otra persona después de consumir sus obras. Algo cambia en vos, no sabría decirte qué con precisión.
¿Cree que es importante tener un empleo estable?
En este momento de mi vida, sí. Estoy agradecido con lo que tengo y con mi carrera profesional, pero me gustaría permitirme más libertad. Por el momento convivo con esas ideas contradictorias. La vida no es una dicotomía. Eso está claro.
¿Qué carrera o negocio consideraría si tuviera que comenzar otra vez?
La comunicación me permite observar y acercarme más a los deseos de otros. Eso es muy satisfactorio. Pienso que estaría bien con otra carrera que me permitiera hacer eso. ¿Psicología? Me voy a ganar los tomatazos de los cognitivos conductuales, ja, ja.
¿Qué le gustaría que dijera su epitafio?
«Se murió cuando le dio la gana». Viene de una historia vieja. Aquí va el refrito: una maestra de kínder le dijo a mi mamá que yo era muy lento para todo. A pesar de que me exigían ser más rápido, para colorear, por ejemplo, yo hacía las cosas a mi paso. Eso sigue siendo cierto a mis 28 años.