CICH: Dí ¡no! a la infodemia
Este día de compartimos a través del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades (CICH) la reflexión interdisciplinaria para generar un registro de la preocupación científica y así compartirla con la comunidad académica y la sociedad.
Escrito por: licenciada Evelyn Haydeé García Rivas, Licda. en Ciencias de la Comunicación.
Decir sociedad es saber que en la naturaleza intrínseca de esta está el comunicarse constantemente y de muchas maneras. “La OMS manifiesta que vivir en un caos informativo es la tónica general diaria del vivir de muchas personas que usan como fuentes lo que les dicen otras personas”, ciertos medios de comunicación y redes sociales, y aunque en su totalidad no es malo, sí debemos estar pendientes de la veracidad de lo que nos llega. En los últimos tiempos se pasó de estar de una infoxicación, que se refiere a la individualidad, a una epidemia informativa, la cual se conoce como infodemia, donde ahora existe a nivel colectivo una alta desinformación por acceder a las fuentes incorrectas.
Con la pandemia del COVID-19, la sociedad dio un salto al mundo de la vida en línea, con la ayuda de las herramientas virtuales, aumentando el consumo de todo tipo de contenido, y destacando así el auge inmediato que estas experimentaron en estos últimos días, mediante plataformas que están a disposición de todos aquellos que puedan contar con un teléfono inteligente, tableta o computadora, más una buena conexión a internet.
Pero en medio de todo ese boom tecnológico, la vida de las personas ha estado sometida a un oleaje turbulento en sus emociones, debido a la cuarentena que se ha necesitado cumplir, alterando las rutinas y golpeando el ritmo normal en diversos sectores. No obstante es importante destacar que en la mayoría de casos, esos diferentes estados de ánimos son influidos consciente o inconscientemente por todo ese contenido comunicacional que gira a nuestro alrededor y que indiscutiblemente altera la racionalidad y comportamientos de cada individuo.
El papel que las comunicaciones han desarrollado en este período de aislamiento ha sido crucial; su presencia ha apoyado a diversas fuentes que de manera continua han estado brindado información esencial para las sociedades a nivel mundial, así como también han provisto de entretenimiento, y, sobre todo, han ayudado para sostener la educación en sus diferentes niveles, procurando a pesar de las circunstancias, el mantener un importante equilibrio en la vida de todos.
La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UN), Paraguay, en su cuenta de Facebook, compartió las recomendaciones que la Dra. Lucía Valdez, psicóloga en el Departamento de Psicología del Hospital de Clínicas, brinda para estos momentos de pandemia. Ella destaca la importancia de los medios de comunicación en la emergencia sanitaria que se vive como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y “cómo toda esa avalancha de información influye en la salud mental de las personas, sobre todo en el personal de blanco y sus familiares, para quienes resulta bastante estresante”.
Si queremos caminar seguros a la normalidad, hay que informarse de fuentes confiables, para garantizar, como primer paso, el cuido de la salud mental de las personas, así como también para evitar injusticias con sectores que han estado al frente de esta emergencia como los médicos, agentes policiales, empleados de supermercados, incluso los familiares de ellos, entre otros.
El ser humano necesita comunicarse e informarse, no puede dejar de hacerlo, sobre todo en tiempos como los que se viven; pero está en cada uno de nosotros el hacer con excelencia el trabajo de las comunicaciones, accediendo a fuentes que inspiren confianza y credibilidad en sus contenidos. Dejemos de consumir aquellos canales comunicacionales que en lugar de abonar en el proceso de regresar a la normalidad infundan confusión, miedo y hasta pánico.
Busquemos contenidos provenientes de los expertos según su abordaje, según su materia, que indudablemente serán datos veraces que ayudarán para una sana y pronta recuperación social. Los medios de comunicación, con la información que han brindado de la epidemia del COVID-19, aparte de proporcionar datos reales y con bases científicas, es importante que también den a conocer casos de las personas recuperadas, como una forma testimonial de infundir una actitud positiva y ánimo a la sociedad, así como no descuidar el estar compartiendo constantemente los cuidos y protocolos que se deben de seguir, esas rutinas que cada hogar, oficina, fábricas y cualquier otro sector deben de mantener para iniciar y mantener de una manera responsable el camino hacia la anhelada normalidad a la que se aspira regresar.
Es riesgoso el no contrarrestar la información cruda y real de la situación, pero también se vuelve contraproducente el no cuidar de la estabilidad emocional y psicológica de las personas, pues la falta de atención en este punto nos dirige a una catástrofe social.
Los medios de comunicación que proporcionan información, específicamente la prensa, en estos días en que las personas están demandando más información de la situación sanitaria por el COVID-19, deben de ser más que nunca una fuente de información con un rol primordial, que transmita a la población datos importantes y científicamente veraces, así como opciones para mitigar y erradicar el virus que ha desestabilizado al mundo entero.
Aunque al inicio no se percibía así, la etapa de cuarentena y aislamiento que se vive ha generado en las personas una montaña rusa de emociones y en algunos casos según se puede leer en noticias que la web proporciona, el escenario de divorcios producidos por la convivencia en los días de cuarentena ha aumentado en muchos lugares, China, Estados Unidos, España, entre otros, son ejemplos de ellos.
La Dra. Lucía Valdez resalta la importancia de estar bien con uno mismo y estar serenos para poder procesar los últimos aconteceres de la mejor manera. Procurar diálogos entre la familia, compartir cosas, relajarse de manera individual –“porque lo que a mí me relaja, le puede estresar al otro”–, es sano y necesario para la convivencia.
Cuidar de las familias –de la sociedad–, aconsejándolas desde perspectivas especializadas, ayudará a cuidar de una nación. Los medios de comunicación se vuelven imprescindibles en este campo de ayudar a cuidar de la salud emocional de la sociedad, brindando en diferentes medios comunicacionales orientaciones básicas para la convivencia entre hijos, parejas, la familia en general.
Si vivimos bajo estrés el equilibrio psicológico- emocional se pierde, deteriorando la convivencia familiar y por ende a la sociedad.
Volver a la normalidad incluye un trabajo responsable de todos, y las comunicaciones tienen una labor importante, desde brindar información veraz y clara sobre el caminar en este proceso, hasta esa educación que los ciudadanos necesitan conocer para poder elegir sus fuentes de información.
Son tiempos difíciles, pero con optimismo y sana información cada vez estará más cerca el volver a la normalidad.
Boletín COVID-19 CICH-3