“La guerra de las salamandras” de Karek Capek, el mundo actual visto desde 1936
- “El mar es grande y el océano del tiempo no tiene límites. Escupa en el mar, hombre, y verá que ni se mueve; cuéntele su destino y no se conmoverá”.
- “Sí fueran solamente las salamandras contra la humanidad, quizá no sería tan difícil hacer algo. Pero hombres contra hombres, eso no hay quien lo detenga […]”, auto reflexión de Capek sobre las diferentes posibilidades de dar fin a La guerra de las salamandras.
Por Ricardo Chacón
He de confesar que no conocía la obra del checo Karel Capek. Este escritor nació en la localidad de Malé Svatonovice, en la antigua región de Bohemia, el 9 de enero de 1890. En aquella época, tanto esa población en concreto como el territorio de Bohemia eran parte del Imperio Austro-húngaro. Sí he leído a Aldous Huxley y su libro Un mundo feliz (1932) y, por supuesto, a George Orwell, y su obra, 1984 (escrita entre 1947 y 1948). También en mis épocas de estudiante universitario me adentré con avidez a la lectura de La Metamorfosis, El Proceso y El Castillo de Frank Kafka, checoslovaco, fallecido en 1924.
¿Por qué estos autores y estos años? Sin duda alguna, tenía una ausencia significativa en mi formación al no leer ni estudiar a Karel Capek, quien murió en Praga, el 25 de diciembre de 1938. En aquella época dicha ciudad era la capital de Checoslovaquia, república formada por las antiguas regiones de Bohemia y Moravia, por un lado, y Eslovaquia, por otro. Checoslovaquia fue un Estado creado en 1918, a raíz del fin de la Primera Guerra Mundial, y se escindió de común acuerdo y en forma pacífica el 1 de enero de 1993, dando lugar a la formación de dos países: la República Checa (o Chequia), con capital en Praga, y Eslovaquia, con capital en Bratislava. Al igual que Capek, en Praga murió su compatriota Franz Kafka. Sin embargo, entre Kafka y Capek hay notables diferencias: el primero es muchísimo más famoso que el segundo, pero además, Capek se distinguió por ser uno de los escritores en lengua checa más importantes del siglo XX, mientras que Kafka, quien era de origen judío, escribió siempre en alemán.
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